8.07.2006

El arte de la guerra - Disposiciones

Los guerreros expertos de los tiempos antiguos, en primer lugar se hacían a si mismos invencibles, y entonces aguardaban un momento de vulnerabilidad por parte del enemigo. La invencibilidad depende de uno mismo, pero la vulnerabilidad del enemigo depende de él. De esto se deduce que quien es experto en la guerra puede hacerse a si mismo invencible, pero no es seguro que sea capaz de hacer que el enemigo sea vulnerable. Dicho de otra forma: uno puede saber cómo vencer, pero esto no significa necesariamente que vaya a vencer.

Defiendete cuando no puedas derrotar al enemigo, y ataca al enemigo cuando puedas vencerle. Por tanto, aquellos hábiles en atacar y en defenderse son capaces tanto de protegerse a si mismos como de lograr una victoria aplastante.

No importa si triunfas en la batalla y eres aclamado universalmente como "experto", pues levantar una hoja caida no requiere tener gran fuerza, distinguir entre el día y la noche no es prueba de gran visión, oir un trueno no es muestra de oído agudo.

En los tiempos antiguos, aquellos que eran llamados "hábiles en la guerra" conquistaban a enemigos fácilmente conquistables. Y las victorias conseguidas por uno de esos "maestros de la guerra" no significaban ni reputación de sabiduría ni coraje meritorio, pues salían victoriosos sin riesgos. Sin riesgos, ciertamente se consigue la victoria: se puede conquistar a un enemigo ya derrotado, sin necesidad de planear el combate.

Por lo tanto, el comandante hábil toma una posición en la que no puede ser derrotado, y no pierde la oportunidad de vencer a su enemigo. Un ejército victorioso siempre busca batalla después de que sus planes le indiquen que la victoria es posible, mientras que un ejército destinado a la derrota lucha con la esperanza de vencer, pero sin ningún plan. Los que son expertos en la guerra cultivan sus políticas y se adhieren estrictamente a las reglas trazadas.

Los elementos del arte de la guerra son: primero, la medida del espacio; segundo, la estimación de las cantidades; tercero, los cálculos; cuarto, las comparaciones; y quinto, las posibilidades de victoria. La medida del espacio deriva del terreno. Las comparaciones se hacen a partir de las cantidades y los cálculos, y se determina la victoria según estas comparaciones. Así pues, un ejército victorioso equivale a un saco en equilibrio contra un grano de arroz, y un ejército derrotado es como un grano de arroz en equilibrio contra un saco.

Es a consecuencia de las disposiciones tomadas, que un general es capaz de hacer que sus soldados luchen con el efecto de las aguas que, súbitamente liberadas de una presa, caen sobre un abismo sin fondo.

3 comentarios:

Joan War dijo...

e ironicmamente sigue presente en estos tiempos... un blog con un poco de todo eh! jej me gusto el de jose fors

Erdrick Gounier dijo...

Un poco de todo Joan???? Pero si lo que más hay son posiciones del Kamasutra!!!!

XD

Saludos!

RH dijo...

jo∂n w∂r: solo lo de Jose Fors... mm tendre q esforsarme mas en los temas entonces jeje....

Edrick: Sicierto lo que pasa es que este es un blog educativo o q no??.. ja